sábado, 11 de septiembre de 2010

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Sabes algo, no, no lo sabes aún porque no lo he dicho… Cuando te mencioné de las drogas, quería mencionar las drogas fuertes, tan sólo imagínatelas… Has tenido la desdicha de tratar a todo tipo de personas, tú pretendes decirles a ellos que te la pasas con ellos pero no eres igual que ellos, que es muy distinto, te hablo nada más de las personas donde habitas, te hablo de la gente que te encuentras por las calles, ves:
En primer lugar, me siento asustado y confundido por la desamparada soledad en que me encuentro con mi filosofía; me figuro ser algún extraño monstruo salvaje que incapaz de mezclarse con los demás y unirse a la sociedad, ha sido expulsado de todo contacto con los hombres, y dejado en absoluto abandono y desconsuelo… De buena gana correría hacia la multitud en busca de refugio y calor, pero no puedo atreverme a mezclarme entre los hombres teniendo tanta deformidad. Llamo a otros para que se unan y nos hagamos así compañía aparte de los demás, pero nadie me escucha. Todo el mundo permanece a distancia, temiendo la tormenta que cae sobre mí por todas partes. El mundo entero conspira para oponerse a mí y contradecirme, a pesar que mi debilidad sea tan grande que sienta que todas mis opiniones se desvanecen y caen cuando no están sostenida por la aprobación de los demás, debo aceptar, es más, debo aceptar la corriente de la naturaleza y sostenerme a ella mis sentidos y mi entendimiento…
De todo lo que leíste de la primera conclusión del Tratado de la naturaleza humana, todo lo que te nombre al comienzo fue lo que te atrapó… Ya no hay más nada qué decir, decir algo más seria redundar – me dije-…




Por Roma…

1 comentario:

  1. Que extraño ayer mismo hablaba de algo parecido, hablaba de la sensación en la que no podemos entrar a la sociedad porque somos una especie extraña, rara, diferente.
    como si todo lo que somos no encajase ahí fuera, como, no es así, no encajamos, solo podemos compartir nuestro mundo y pocos son capaces de entrar y mucho de salir rápidamente de rebote por el miedo que da nuestra extraña forma de simplemente ser nosotros mismos...

    ayer hablaba sobre esa sensación que tenia yo y esa persona, de cuando miramos por la ventana jugar a unos niños y deseabas ser como ellos
    salir ahí fuera relacionarte, interactuar, pero no no podíamos, yo en mi caso no podía , no me nacía, yo prefería pintar estar en casa estar sola, escuchar mi propia voz jugar en mi habitación en compañía solo de mi, esa sensación de culpa por no poder salir ahí fuera y ser parte de esas risas de ese todo...

    Es increíble como en la soledad nos convertimos en seres extraordinarios o en monstruos... o ambas.



    att : BERENJENITAP

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